En la actual circunstancia de pluralismo espiritual que, al poner en persona a las religiones entre sí, las empuja necesariamente al diálogo interreligioso, es oportuno interrogarnos sobre algunas cuestiones fundamentales DETALLES relativas a la naturaleza de las creencias religiosas, al carácter religioso del cristianismo y también a la escenario en el que esto se descubre con respecto a varias otras religiones.
En consecuencia, surgen dos preocupaciones
La inicial puede formularse como sigue: << ¿Es el cristianismo una religión? Así como, si lo es, ¿en qué sentimiento y también en qué medida lo es? >>.
- El segundo se refiere a la relación entre el cristianismo y otras creencias religiosas, así como las tradiciones espirituales y se puede compartir de la siguiente manera: Es
¿El cristianismo es una creencia religiosa como las demás y también se pone en el mismo nivel religioso que las demás? >>. - Posponiendo la solución a la segunda cuestión para más adelante, quedémonos aquí en la primera:.
Aparentemente, para una solución amplia, es necesario ante todo aclarar la idea de «religión».El término «fe» se origina del latín religio, que posteriormente se origina del verbo redigere (menos probablemente del verbo religare).
Modificar -en lugar de irresponsable- significa prestar atención escrupulosa, tener un cuidado lleno de factores a considerar y también considerar: en consecuencia religio es <<la observancia exacta y considerada de lo que se refiere a la oración de los dioses>> (Cicerón, De natura deorum, 2, 72), es el factor reflexivo a considerar de los puntos sagrados, es la reverencia y el temor que se siente frente a lo Sagrado, lo Luminoso, que inspira preocupación y destino a la vez;
- es además, como reitera Cicerón, el culto de los dioses (religio, id est cultus deorum), por lo que las ceremonias espirituales quedan en las religiones plurales.
- De ahí que Livio llame diligentissimusreligionum cultor a un individuo que es muy preciso en las ceremonias de la oración.
Pero precisamente porque en conexión con lo «sagrado», lo «religioso» sugiere también lo «diferente», lo intocable, lo inviolable. Así Marcus Sabinus puede atestiguar, como se dice en el Noctes Atticae de A. Gallio (IV, 8, 9): Religiosum est quod propter sanctitatem aliquam remotum aire acondicionado sepositum est.
Pero, ¿cuál es la realidad expresada por la palabra «creencias religiosas» (o palabras comparables como treskeiae latreìa en griego, din en árabe)?
Tengamos en cuenta, en primer lugar, que la idea de «religión» pertenece a la cultura occidental y tampoco tiene equivalente en varias otras culturas: en consecuencia, lo que la sociedad occidental toma en consideración como «espiritual», es decir, como perteneciente a la bola de «fe», así como lo «espiritual», es descartado por esto por otras culturas.
O bien, lo que en la cultura occidental
Influida por el cristianismo- se considera vital para la «religión», no lo es en otras culturas.
Estas facilidades nos muestran cuán molesto es un sentido de la fe que capta los atributos esenciales de las sensaciones que generalmente se certifican como «religiosas». De hecho, puede ocurrir que en algunas religiones falten algunas o muchas personalidades que se toman en consideración como importantes para el fenómeno espiritual.
El rasgo típico de todas las creencias religiosas es la idea de que más allá y también fuera del mundo en el que transcurre la vida cotidiana del hombre, hay una verdad adicional, caracterizada por el «poder» del que depende el hombre y con el que se conecta el hombre.
Esta verdad puede desarrollarse de otro modo: como Regulación impersonal (el dharma de las religiones orientales), como Destino ineludible (Fatum de los romanos y Heimarmene de los griegos), como Fuerza (Mana de las religiones primitivas); o como un Ser magnífico o una pluralidad de seres divinos; o una vez más como el Supremo, el Trascendente, el Uno, el Varios Otro, el Divino, el Absoluto, el Todo, el Absolutamente nada.
Las creencias religiosas consisten en la sociedad que el varón establece con esta Realidad. Santo Tomás de Aquino, hablando como cristiano, especifica la fe como una «conexión» con Dios: Religio proprie importat ordinam advertisement Deum (La propia fe incluye una conexión, una investidura del varón con Dios) (Summa Theol. II– II, q. 81, ai).
- Esta “relación” con el Hecho añadido o supramundano, que puede ser de miedo y también de asombro o de dependencia y confianza, involucra algunos elementos, que son los constitutivos, en todo o en parte, del fenómeno religioso:
- el reconocimiento de la existencia de una realidad que va más allá del globo perceptible, así como por lo tanto de la existencia de lo Divino (en cualquier forma en que se conciba);